(09/30h). Hace mucho tiempo, siendo yo un niño apenas, en un cómodo suburbio lleno de baratijas
que se empezaban a caer alrededor suyo, un artista escribía que con las luces
apagadas era todo menos peligroso, y que ahí estaba, su generación junto con
él, esperando que lo entretuvieran. Tres años más tarde, ese mismo artista
decía que la rabia adolescente le había dado resultado: se sentía viejo y
aburrido. Es sano asumir, basado en sus letras, que la entretención nunca
llegó; tal vez la esperó en el lugar equivocado. A lo mejor fue al revés y quien se suponía que debía proporcionar el jolgorio era él. Ahora nosotros estamos más viejos que cuando el artista se sentía anciano e inútil y todavía no sabemos la respuesta. Quizás la moraleja es dejar las luces encendidas aunque sea peligroso y divertirnos por mano nuestra. Quizás esa diversión a fin de cuentas nunca nos llegue. Si es así, el artista tuvo razón.
* Para escuchar "Smells like teen spirit", pulsar AQUI.
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