sábado, 23 de febrero de 2013

Pop 365 - #132: War Zone

Nunca entenderé el mágico influjo que tienen las tablas de los escenarios. Son como el altar de sacrificio de los demonios y las malas vibras que uno arrastra en el día, y se llevan de ofrenda ante los siempre hambrientos dioses de la adrenalina escénica. Esta noche, cuando la luna esté empezando su ascenso hacia su punto más alto, el ritual será llevado a cabo de nuevo, y se dejarán salir los decibeles que vagarán por los rincones buscando poseer almas que les escuchen y, sin ofrecer resistencia, se sometan. Ceremoniosamente son colocados en su sitio los instrumentos con los que se manejará el oficio, y el listado de los cánticos que no deben bajo ninguna razón quedarse. Hoy, cuando todo esté oscuro, danzaremos al ritmo de la música que exorcizará nuestras penas y las pulverizará en el aire ante nuestros ojos incrédulos. Aunque hayamos participado antes, cada ocasión es siempre como la primera. Esta noche, desde los que estamos en el escenario hacia los que nos miran debajo, y viceversa, se revelará el misterio. Prestemos atención una vez, y dejémonos llevar.

4 comentarios:

Camus dijo...

No sabia eso

Dark Angel dijo...

Wow! No habia visto un concierto desde esa perspectiva....

Lauralaotra dijo...

Guau.... me lo dices o me lo cuentas... esas tablas hacen sacar el verdadero "Tú" el verdadero "Yo"
Enganchan, dan vida y te la quitan... si hay algo mejor que ver un buen espectáculo...eso es Sentirlo y formar parte de él! YEAH!
Mucha mierda brother!

Carlo Hernandez dijo...

Mejor descripción de lo ke se vive en cada presentación no existe!!lml long live rock n roll!!