domingo, 9 de julio de 2006

Superhéroes para los dominicanos

Introducción a manera de prólogo: En lo personal me encantan los superhéroes. Crecí con ellos y todavía disfruto muchas de sus películas y comics. Pero eso no me impide el burlarme de ellos o criticarlos cuando la ocasión lo amerita. Y con eso ni el gusto ni el respeto de mi para ellos se disminuye.


Crédito de imagen: Fuente Externa.

Casi desde el momento mismo en que nacemos, a los integrantes de la raza humana nos ponen en contacto con los muñequitos, la televisión, y más tarde el cine. Y a través de estos medios de comunicación masiva, con esos extraños especímenes llamados los "superhéroes".

Estos personajes se caracterizan en su mayoría por ser un poco ridículos (nada más hay que ver los disfraces y caretas que usan, que más bien parecen una comparsa desfilando por Las Carreras), y por tener unos raros poderes sobrenaturales que irónicamente los descalifican como héroes.

Claro, porque, ¿qué tiene de heroico hacer estallar en pedazos a un villano utilizando una vista de rayos láser? ¿Qué tiene de hazaña el alcanzar a un avión, si se cuenta con el superpoder de volar? ¿Qué gracia tiene romperle la cara de un puñetazo a un bandido, cuando el que dispensa el señalado no es más que el Hombre de Hierro? Con los superpoderes de los cuales los han dotado sus creadores, los llamados superhéroes no pueden parecer más que unos supersaratacos, que sólo se viven ocupando siempre de los mismos villanos: el Guasón, Lex Luthor, el Pinguino, entre otros.

Con las portentosas cualidades que les han dado los escritores que los inventaron, los superhéroes deberían acometer tareas más trascendentales para la humanidad, como la de por ejemplo enfrentar golpistas.

¿Saben ustedes los malos ratos, la destrucción y las muertes que se hubieran evitado sólo con mandar a Superman a buscar a Saddam Hussein y a Osama Bin Laden a Irak, agarrarlos por la parte posterior de sus turbantes o batolas, y dejarlos caer en el patio de una cárcel de máxima seguridad? No tuviésemos ahora toda esa fuñenda de Bush creyéndose ser un superhéroe y de hacer las cosas a las malas. O lo práctico que hubiera sido soltar a Batman en Capotillo, para controlar un poco la ola criminal que azota a distintos puntos del país.

Lo cierto es que si los superhéroes se dan una vuelta por aquí, no sólo se verían imposibilitados de enfrentar a nuestros supermalhechores, sino que además saldrían con sus traseros fuertemente pateados.

Clark Kent podrá comer hot dogs en las calles de Metrópolis, pero si viene aquí y se abrocha un huevoburguer, no hay kriptonita que lo termine de joder peor. O Aquamán, que pudo haber nadado en los siete mares y lagos, pero de atreverse a meter en el río Yaque, la contaminación lo va a volver de seguro uno de las Tortugas Ninjas. Y por supuesto, siempre nos imaginamos a Bruce Banner transformándose en Hulk, mientras se quedan del mismo tamaño los calzoncillos calaverita que compró en el mercado un jueves por la mañana.

Así que por favor no les vengan a los dominicanos con hombres de acero ni mujeres de maravilla, pues veo que al paso que vamos a todos se los van a meter en un bolsillo. Dizque superhéroes con nosotros...ja.