jueves, 31 de enero de 2013

Pop 365 - #109: Grave accidente o dolor en nuestra vida

(109/365; 16/30b). La verdad no supiera decir si el siguiente ha sido mi más grave accidente en la vida, pero sí sé que siempre que lo recuerdo un escalofrío aterrador me recorre la espalda. Con seguridad algo peor me ocurrió alguna otra vez, pero el día de hoy quiero dedicarlo a contar éste, cuya narración es un poco más dramática. Una vez, hace muchos años, andaba yo con el resto de los vecinitos montando bicicletas en el parqueo soterrado del edificio en que vivía (y sigo viviendo aún, el tiempo vuela). La idea era bajar a toda velocidad por la rampa de entrada, doblar por el centro en el estilo que los motoristas de carrera toman las curvas, casi con la rodilla topando el suelo, y subir por la rampa de entrada, para volver a repetir el mismo proceso, una y otra vez, hasta que una de nuestras madres nos llamara a cenar y ahí mismo se rompiera la taza. Habíamos jugado eso con anterioridad, así que ese día, como a las siete de la noche, todo era ya puro placer rutinario. Como siempre, me detuve a tomar aliento antes de bajar la rampa por primera vez, y me lancé pedaleando aún a sabiendas que de por sí iba ya rápido. Llegué hasta el sótano, y seguí con la carrera, pero para mala suerte mía no me había fijado que el suelo en el área donde debía de doblar, que es abierta arriba sin techo, estaba sumamente mojada. Alguna llovizna, quizás; no recuerdo si llovió ese día o no. El caso es que al doblar, incliné mi cuerpo más de la cuenta, y las gomas de la bicicleta resbalaron. Me fuí de lado, la bici cayó sobre mí y rodé con mi pierna en el asfalto, a la misma velocidad en que venía, todo el camino hasta estrellarme con una jeepeta estacionada como si estuviese esperándome. Resultado: el timón de la bicicleta vuelto un desastre, una goma fuera de sitio, la cadena rota y Karim todo agolpeado y con su rodilla raspada hasta que se veía la carne viva. Detrás mío, en el suelo, se marcaba el recorrido que había hecho entre señas de llantas, hierro y mucha sangre, que se mezclaba con el agua.  Como se imaginarán, entrarme a la ducha después fue todo un calvario para mi mamá (y toda una delicia para el resto del edificio, supongo, que oyeron mis gritos), y no recuerdo qué tiempo me pasé luchando todos las mañanas con la fucking gaza que se me pegaba a la herida mientras dormía; para arrancarla había casi que encomedarse a Dios. Y para colmo de males, la molestia era tan grande que hasta cojeaba un poco al andar. En los primeros días, si afincaba el pie, sangraba. Creepy. Obviamente esas son historias que se recuerdan ahora uno muerto de la risa, pero nada graciosa me la encontraba yo en el momento. Y hablando de eso, para que nunca se me olvide, aún conservo una ligera marca en la pierna de ese episodio. Digno "trofeo de sufrimiento". Venga.

miércoles, 30 de enero de 2013

Pop 365 - #108: Coffee lover zurdo

Para los tiempos en que comenzaba Pop 365, tenía yo una conversación con el gran Moo Hyun Chung, increíble lápiz a quien admiro mucho, en la cual él me decía que un proyecto como éste pudiera ser una plataforma para un acercamiento más experimental a mi propio proceso de dibujo, en lugar de una "demostración diaria de técnica", y puso sus ejemplos, para darle base. Nombrando algunos: dibujar con materiales que no sean los que acostumbro, no usar líneas, hacer cosas con sólo puntos, utilizar distintos tipos de lápices y felpas (cosa que la mayoría de veces hago, para ser sincero), y de cuando en cuando, cambiar de mano. En esta ocasión, quise llevarme un poco más de los consejos de Moo y éste es un dibujo realizado completamente con la mano izquierda, mientras sostenía un vaso plástico de café, esperando por mi turno en cierto sitio en la tarde de hoy. Tanto el trazo como los colores fueron hechos con esa mano, y ahora, viéndolo terminado, puedo sacar las siguientes conclusiones: No estoy tan mal como pensaba en lo que delinear se refiere. Medio tembloroso y falto de seguridad por momentos, pero se hace el trabajo; juraba que las líneas iban a quedar muchísimo más torcidas. La coloración fue un proceso un poquito más complicado, empezando porque es un verdadero lío sostener con la zurda un mouse que es para derechos. Y a partir de ahí, tuve que repetir la acción de nuevo varias veces, porque siempre me pasaba (por bastante) de los bordes. Deduzco por eso que soy un verdadero asco ahí. Debo practicar más con eso, o tener a mano ahí un mouse de zurdos para ocasiones como ésta. Aunque, creo que para ser la primera vez no está tan mal.

*Nota: Pueden ver los trabajos de Moo en este site. Es realmente divertido. No dejen de ir: http://unhappypeople.net/

martes, 29 de enero de 2013

Pop 365 - #107: Pez favorito

(107/365; 15/30b). De acuerdo con la reconocida y siempre infalible Enciclopedia Google, la especie de pez a la que pertenece Nemo, el protagonista de la película "Finding Nemo", es una conocida como Pez Payaso, y obviamente tiene los mismos rasgos físicos tan característicos del personaje de la cinta: el cuerpo color naranja con las rayas blancas y puntas negras. Una vez cuando niño tenía yo uno de esos en una pecera que improvisé en mi casa (en un frasco gigante, nada más y nada menos) y era absolutamente fascinante sentarme a verlo. En sí mismo era como una obra de arte, con los colores tan definidos y vivos y esa gracia al nadar; por eso no me sorprendió en lo absoluto que fuese mi primera opción a la hora de dibujar el tema de hoy. Era casi por default que iba. Por otro lado, tenía el dilema con los tiburones. Es conocido que éstos también son peces (si no lo sabían, desayúnense), y aunque reconozco que me aterrorizan y que nunca en la vida quisiera toparme con uno, eso no quita que admire su belleza. Para mí, el diseño morfológico que esos animales poseen es sencillamente majestuoso en su limpio minimalismo. Hermosos, aunque letales. Y todo eso me lleva de nuevo a "Finding Nemo". Su poster incluía al protagonista con un enorme tiburón detrás que es quien lo persigue la película entera. No quería reproducir la misma imagen al considerarla una salida demasiado fácil, por lo que tomo prestada la composición del afiche de "Jaws" para la idea de éste de ahora, y con eso resuelvo mi dilema de poner ambos peces en la misma pieza. Hay libertades que uno se toma que a veces deben ser justificadas.

lunes, 28 de enero de 2013

Pop 365 - #106: La otra cara del Morel

A Tomás Morel, connotado folklorista de la ciudad de Santiago, y cuyo nombre lleva el museo dedicado a rescatar hasta lo más recóndito de nuestra herencia cultural (aunque a algunos les llamen cachivaches)*, siempre dijo que era amante del colorido que desprendían estas tierras. De sus fiestas carnavalescas, de sus tradiciones, sus calles, mujeres. Sólo podemos imaginarnos ahora qué pensaría cuando se viera en color él mismo, su retrato así en estilo Pop Art. No precisamente sea la representación más folklórica que exista, pero lo vuelve un poco más "hip", que nunca cae mal en este tipo de circunstancias.

*Por cierto, el museo necesita un poco de rescate él mismo también. Son de las cosas que no deben dejarse morir.

domingo, 27 de enero de 2013

Pop 365 - #105: Peor castigo

(105/365; 14/30b). En apariencia, puede parecer aterrador el estar sentado solo en una esquina, cortado de todo contacto con el mundo alrededor. Y más aún si uno es un niño; la visión del aburrimiento es sobrecogedora. Nada de juguetes, lápices, hablar con quien sea, y mucho menos ponerle la mano a lo que quede cerca; tal vez por eso es que siempre lo ponían a uno en el rincón más desolado de la casa. Petrificante. Verdaderamente era un poco terrible la estadía en esa pseudo Fortaleza de la Soledad a la que nos mandaban para "reflexionar sobre lo que hicimos", pero en lo personal no lo encontraba tan malo como se veía, pues mi mente no me dejaba aburrir; ella siempre venía a mi rescate en momentos como ése a tomarme de la mano y salir a jugar por los aires, sin ni siquiera tenerme que mover de donde estaba, lo que para mi, dadas las circunstancias, era una gran ventaja. La mayoría de las veces, nunca defraudaba. Si hubiese existido la forma de que me prohibieran eso también, de apagar mi cabeza y guardarla en el clóset, ya el castigo subiera de nivel hacia picos sencillamente insoportables. Eso sí que sería un infierno. Lo que sea que hubiera hecho para merecer ese castigo, juraría por mi vida, la del lagarto del patio y la de los tres gatos del vecino que nunca más lo volviera a hacer. Ever. Suena convincente, ¿verdad?

sábado, 26 de enero de 2013

Pop 365 - #104: Cero entusiasmo

En su canción "Reno", Bruce Springsteen narra la historia de un hombre que tiene un encuentro sexual con una mujer, posiblemente prostituta, dicen los analistas. Las letras relatando el contenido son de lo más gráficas, algo especialmente chocante para un autor como él, pero en resumen, la idea es que la mujer estaba en que el tipo la pasara muy bien. Sólo que había el problemita de que el hombre tenía la cabeza en otra cosa, a miles de kilómetros de distancia. Como dicen por aquí: no estaba en eso. Los últimos versos dicen, traducidos: "Ella me trajo otro whisky / Dijo: 'Este es por el mejor que tuviste' / Nos reímos e hicimos un brindis / No fue el mejor que tuve / Ni de cerca".  Auch... Al menos no se lo dijo en su cara. Para una mujer con ese nivel de entusiasmo, eso le hubiese caído demasiado mal. La historia pudo haber terminado en violencia, o lo que es peor aún, en llanto. Y no es secreto que si los pusieran a elegir, un hombre preferiría que su mujer lo golpee que a verla llorando. Cosas raras que pasan.

viernes, 25 de enero de 2013

Pop 365 - #103: Criatura mítica favorita

(103/365; 13/30b).  Como decía el escritor Martin Ries, "el arte es un desarrollo humano antes que un fenómeno estético", y por eso Picasso sabía bien lo que estaba haciendo cuando empezó con su serie de obras relativas a la figura del Minotauro.  En cierta manera, y como tanto se ha dicho, para el mencionado pintor esta criatura mítica era como su alter ego en el lienzo. Un personaje autobiográfico. Español al fin, e influenciando por las tradicionales corridas de toros a las que tanto asistió, él vio a estos animales como entes de espíritu salvaje, vibrando de vida y con una fuerza incalculable; seres orgullosos, rebosantes de coraje y feroces impulsos.  En Picasso, el Minotauro adquiere verdadero carácter, y pasa de ser el clásico monstruo literario de quien el héroe de la historia debe rescatar la princesa y luego matar, para convertirse en un ser con alma, tridimensional y de verdadera esencia. No precisamente eso lo convierte en el galán de la novela, pero sí más bien digamos que en el anti-héroe incomprendido. Esta criatura tiene sensibilidad de artista híbrido pero es cruel, y despierta fascinación y miedo en iguales cantidades. Puede ser arrogante, soberbio y hedonista, pero a la vez es un débil enamorado del mágico influjo que la mujer despierta; a fin de cuentas, es mitad hombre también. Se rinde a los pies de ella, aunque también la hace morder el suelo como su objeto en más de una ocasión. Se entrega a sus pasiones con irracional abandono, y termina por momentos pagando el precio de sus desmanes y excesos; en algunas obras se le ve incluso ciego y con un manto pesado que cubre sus ojos; es entonces que a partir de ese momento su percepción del entorno es plenamente sensorial. El Minotauro es un espejo que refleja la fuerza incontenible de nuestros impulsos sexuales más oscuros. Aquellos que sabemos que están, pero queremos esconderlos. La mala noticia, es que por lo general nunca se puede, al menos no por completo. Quizás por eso nos hechizan y aborrecen al mismo tiempo; no queremos aceptarlos, pero el Minotauro (en un feliz sacrificio), lo hace por nosotros. No sabría yo decir si eso le engrandece o no, pero lo vuelve libre. A diferencia de la mayoría de la humanidad.

jueves, 24 de enero de 2013

Pop 365 - #102: Otros caminos llevan al Taj

No sucede la totalidad de las veces, pero en ocasiones es cierto eso que dicen de que los desvíos inesperados dan mejores y más chéveres resultados. Dibujaba hoy esta vista del Taj Mahal, en India, desde el otro lado del río (la perspectiva esa desde el frente con el espejo de agua está francamente gastada ya...los fotógrafos y demás debieran de soltarla), y todo iba de lo más...digamos...predecible. Tenía el dibujo, empezaba a darle su color...todo por el librito, cuando de repente se me ocurre, ya con el documento en Photoshop y sólo por curiosidad, darle la opción de "Invertir", ésa que, obviamente y como su nombre lo indica, invierte los valores tonales y le da un toque como de neón al asunto. Me quedé sorprendido: "Whoa...¿enserio eso es lo mismo que iba yo haciendo?". Del dibujo seguro y medio insípido que tenía en principio, con un click antojado me pasó a uno exótico y alienígena. Hasta unos trazos de vegetación que tenía en los extremos tomaron carácter de enmarque oriental, y no me había fijado en absoluto en la profunda fuerza compositiva que eso tenía; es increíble. Me gustó, mucho. Y de tal forma que me decido a dejarlo así; no le haré más nada. No es lo que tenía en mente cuando lo comencé, pero no tengo quejas tampoco: es algo mejor aún. En mi opinión, al menos.

miércoles, 23 de enero de 2013

Pop 365 - #101: Qué quería ser cuando creciera

(101/365; 12/30b). ¿Quién de nosotros no soñó de niños en ser astronautas cuando creciéramos? Levanten la mano, ustedes saben quiénes son; no tengan vergüenza de admitirlo. Yo fui uno de esos que quería volar en un cohete alrededor de la órbita de la Tierra y ver las puestas de sol desde el espacio, caminando dando saltos en mezcla de felicidad y falta de gravedad (mejor, para que así nadie más se diera cuenta). Como dice la canción, los años pasaron, nos hicimos más viejos, pero lo irónico de la historia es que cuando ciertas personas quieren molestarme, suelen decirme que "vivo en la luna yo". Aunque estén insultando, supongo debo de sentirme feliz. Eso significa que a final de cuentas, se me cumplió un poco el viejo deseo. El chiste entonces está en ellos.

martes, 22 de enero de 2013

Pop 365 - #100: Centenario

Al día de hoy, ya me he autocelebrado tanto cuando llego a ciertos números o completo algunas fechas con esto del Pop 365, que una vez más debiera resultar un tanto redundante, por no decir aburrido. Pero esta ocasión enserio que es especial, de manera que apelaré a su paciencia, si existe. Hoy se cumplen los primeros cien días desde que inicié con la completamente desquiciada tarea de dibujar y escribir diario. A esta altura del juego he repetido demasiadas veces el hecho de que no es fácil, y que enserio hay instantes en los que el genuino deseo es el tirar el cuaderno por la ventana y que quince motocicletas le pasen por encima, pero enserio no puedo dejar de sorprenderme. Enserio, wow. Cien dibujos, con cien escritos. Nunca, nunca antes en mi vida había hecho algo como esto, menos aún intentarlo. Debo admitir que ha cambiado un poco la verdadera motivación por la que empecé este asunto en principio, pero cuando se llega tan lejos en esto, otras fuerzas de empuje, algunas insospechadas, entran en juego. Ya saben, los llamados "misteriosos caminos de la vida". No sé si tenga en este momento algo más que decir; no puedo conjugar las letras en el teclado con los dedos,francamente no se me ocurren. Sólo espero poder llegar al final, y dibujar un "365" bien inmenso cuando eso suceda. Sería bien chévere. Y por demás, gratificante.

lunes, 21 de enero de 2013

Pop 365 - #99: Ultimo deseo si el mundo se terminara

(99/365; 11/30b). A la hora de imaginarse un último deseo si el mundo estuviera a punto de acabarse, la gente realmente tiene peticiones algunas extrañas, otras un tanto predecibles. Las clásicas siempre vienen a colación sin tener que llamarlas siquiera: todos quieren tener sexo con su pareja, estar con la familia, su comida favorita, emborracharse y he leído de hasta querer tener un millón de dólares consigo. Es un poco estúpida esa última; ¿de qué te sirve ser rico y millonario si a final de cuentas todo ese dinero no te va a servir de nada dentro de muy poco? En lo personal, yo pudiera sucumbir al cliché general y pedir el sexo, pero seguro ni erección tuviera de saber que todos nos vamos a ir al carajo en pocas horas. La comida no creo que sea tan satisfactoria tampoco, dado lo apocalíptico del escenario. Es por eso que hay que ser práctico con las circunstancias. Yo no quisiera morir así. A mí nadie me preguntó si yo estaba o no de acuerdo con que el mundo se terminara, de manera que yo desearía alguna estructura en dónde refugiarme, y obviamente, sobrevivir. Algún búnker bajo tierra, nave espacial, o mejor aún, una burbuja indestructible desde donde pueda ver el mundo ardiendo, al menos para no estar con la tortura de imaginármelo. Familia, conocidos y gente cercana están todos invitados. El resto, espero tengan buena suerte. Ahora que lo pienso, supongo mi deseo cae dentro de las peticiones extrañas, pero sean comprensivos conmigo por hoy. A todos nos pasaran ideas raras por la cabeza de imaginarse en semejante caso. Como buenas noticias para la humanidad: el mundo no terminó el pasado 21 de diciembre; me parece que ya eso lo sabemos.

domingo, 20 de enero de 2013

Pop 365 - #98: Paisaje veloz

El asunto iba a ser hoy de la siguiente manera: quería ver qué tan rápido podía ser capaz de dibujar un paisaje natural. Sin darle mucha mente, sin líneas guías a lápiz, sin los clásicos adornos de trazo que tan a menudo suelo hacer; sólo algo veloz, y plasmar la idea sin levantar siquiera la pluma. Me puse de tope cinco minutos, en los que al término de ellos haría sonar una alarma mental. He aquí pues el resultado. No está tan mal, creo. Una vez concluido, quise ponerme a inventar un poco más con él con post-producción, darle su colorcito y eso para que no se viera tan crudo, lo que subió el tiempo total a casi ocho minutos. Para una persona como yo, tan obsesa de las líneas y el barroquismo en mis dibujos, debo admitir que me gustó el experimento. Bastante. Debo hacerlo más a menudo.

sábado, 19 de enero de 2013

Pop 365 - #97: Recuerdo de ciudad natal

(97/365; 10/30b). Mi ciudad natal es la misma en la que aún resido, y salvo esos encontronazos ocasionales típicos de la convivencia diario, le quiero con locura. Si tuviera que elegir un recuerdo del Santiago de los tiempos en que era un niño, tendría que ser el de las luces. Regresando de vuelta a casa desde donde mis abuelos, todos los días pasadas las seis de la tarde, en el asiento trasero del auto de mi madre, miraba a través de los cristales cómo las luces de los postes iban pasando en creciente velocidad por la ventana hasta quedar detrás nuestro. El cristal les daba un efecto como de foto borrosa, y para mí era sencillamente mágico. En navidad solíamos subir al Monumento algunas noches y por lo general terminaba sentado en las escalinatas de la base que dan de cara al centro de la ciudad. Podía pasarme horas muertas en el mismo sitio contemplando las luces. Eran como millones de arbolitos de colores que parpadeaban simultáneamente al ritmo de una música inaudible. Siempre que estaba ahí, entrecerraba los ojos para ver dichas luces de manera desenfocada. La primera vez que lo hice, y tal si fuese un hechizo, cada punto de luz se duplicó, se hizo más brillante y su parpadeo fue más intenso; podía jurar casi que escuchaba su música. Para completar la escena, sopló una de esas brisas frías características de la época, y para mí no hacía falta absolutamente más nada ya. Confieso que cuando tengo la oportunidad, me gusta volver al mismo sitio de nuevo a realizar el mencionado experimento. Por alguna razón que desconozco, no se siente lo mismo si se hace en un mes ajeno a diciembre. Supongo es la cábala o la expectativa, pero por lo menos me mantiene todos los años queriendo hacerlo de nuevo. Algo es algo, ¿no?

viernes, 18 de enero de 2013

Pop 365 - #96: Hasta el inconsciente

Para alguien que con frecuencia decía "¡Yo soy el Surrealismo!", muy para el desdén de André Breton, el creador del movimiento, Salvador Dalí se aseguraba de realmente vivir lo que profesaba, 24/7. Y seguro no debía ser tarea fácil. El factor sorpresa y chocante se pierde a tal punto que ya lo que termina causando es aburrimiento, molestia y lo que es peor: el que nadie te haga caso. Pero Dalí se las traía, y para fortuna de los curiosos él nunca perdió de vista eso. Con ocasión de la gran exposición de surrealistas de 1936 en Londres, el pintor debía de dar una conferencia, a pesar de haber sido expulsado del grupo en 1929 por Breton. Entró en el auditorio vestido con un traje de buzo, para gran asombro de los espectadores, todos con su cara "WTF" más genuina. Eventualmente, alguien tenía que preguntar. Un participante anónimo levantó la mano, y expresó: "¿Podemos saber a qué profundidad quiere bucear?", y Dalí, siempre teatral en sus gestos, demoró dramáticamente en contestar, mientras apoyaba pesadamente su bastón sobre el piso de madera del escenario: "A mucha profundidad, hasta llegar al inconsciente". Autógrafos a la salida, por favor.

jueves, 17 de enero de 2013

Pop 365 - #95: "Animal espiritual"

(95/365; 9/30b).  Los lobos deben ser de los animales más incomprendidos en la naturaleza, gracias no en pequeña parte a cientos de relatos de literatura, cultura popular y cine que los pintan como asesinos a sangre fría, calculadores, y como verdaderos hijos de puta, malos y desgraciados hasta lo más último. No es difícil traer a la mente algunas de estas historias: la Caperucita Roja y los Tres Cerditos, sólo por mencionar. Y la película esta donde una manada persigue a Liam Neeson para comérselo, sin tener la menor idea de con quién se meten. Muy pocos saben que detrás de su fachada depredadora y solitaria, los lobos son extremadamente fieles a su grupo, inteligentes, conectados a su ambiente, cooperativos, poco miedosos, comunicativos, y en culturas indígenas se les tiene en el rol de maestros y cuidadores; no en vano su figura adorna innumerables totems de madera. En lo personal, siempre he sentido gran afinidad hacia ellos, no porque precisamente sea poseedor yo de las cualidades ya mencionadas (eso no me correspondería a mí señalar), sino más porque me identifico con esas asociaciones solitarias, taciturnas y malentendidas de los que estos animales por lo general son víctimas. Además de que la imagen de los lobos por sí misma es muy cool. También ayuda el hecho de ellos salirme como resultado en casi la mayoría de esos tests que abundan en internet sobre "Descubre tu animal interior". Los que saben, siempre lo afirman: tantas cosas diciendo lo mismo no pueden estar precisamente equivocadas. Venga.

Pop 365 - #94: El pintor ajeno

El centro de la ciudad es siempre cuna y punto de origen de montón de ruidos y sonidos algunos un poco extraños, cada cual compitiendo en ver cuál es más alto, molestoso, estridente o memorable. Aunque no deja de ser cierto que precisamente en eso es que radica la belleza de tal ecosistema (cada uno de esos sonidos es una historia que se desenvuelve simultáneamente a otra, y a su manera, digna de atención), tampoco eso quita el que existan días en el que uno quiera salir afuera y mandarlos a callar a todos. En una de esas calles angostas, donde confluyen motocicletas, carros de conchos y peatones, y faroles de bombillos quemados, este pintor realiza su trabajo ajeno a toda la sinfonía urbana que se desenvuelve justo al lado suyo. Usando unos viejos audífonos de esos grandes que le cubren toda la oreja, tararea en voz baja una melodía, sin hacerle caso a lo que acontece más allá de la galería a la que tiene que cubrir de un color nuevo. Eso es lo que se llama alguien que está en su mundo. En lo personal no me sorprende tanto el ver ese nivel de concentración que sería envidia hasta de yoguis, y miren que lo estoy; es más aún el hecho de que tenía muchos años sin ver por la calle un modelo de audífonos como los que este señor utiliza. Yo mismo solía usar unos de esos mientras caminaba desconectado de todo por la acera. Me pregunto ahora a qué que los lleva conectados en el bolsillo. ¿Al celular? ¿Un discman? ¿Existe esto todavía? Vaya reliquia lleva puesta ese tipo. Qué curioso.

martes, 15 de enero de 2013

Pop 365 - #93: Parque de diversiones

(93/365; 8/30b). Para los años 60, Walt Disney estaba un poco incómodo con su pequeño y relativamente desconocido (es broma, por si acaso) parque de diversiones en California llamado Disneylandia. Y lo estaba por par de razones. Primero, no le gustaban mucho la clase de negocios que habían florecido en los alrededores del sitio (con los que se sentía ahogado y limitado para extenderse) y segundo, mediante un estudio estadístico determinó que un gran porcentaje de los visitantes que recibía anualmente provenían de la parte este de los Estados Unidos, y no de la zona en sí. Es por esto que decidió en ese momento invertir sus fuerzas en lograr una segunda versión en esteroides de Disneylandia, esta vez del lado del Atlántico. Se llamaría Disney World. Durante los años que siguieron, y hasta su muerte, concentró todo su energía creadora en el proyecto. Maquetas a escala, dibujos terminados, moldes en yeso, bocetos, y todo aquello que pudiera comunicar la idea de forma tangible pasó por su escritorio. Sin embargo, y por una de esas canalladas del destino, el viejo Walt no vivió lo suficiente para llegar a la apertura de Disney World cuando se celebró por todo lo alto en 1971, en Florida. En el acto de inauguración, estaba la crema y nata de la sociedad de dicho estado: el alcalde, políticos, millonarios, lambones y paracaídas, y en representación de los creadores, la viuda de Disney y el hermano de éste, Roy, quien también muriera poco después de eso; todos ellos entre fuegos artificiales, toneladas de comida, música y disfraces. Lo que sucedió ese día se convirtió en una de mis anécdotas favoritas de todos los tiempos. Cuentan los libros que tras la inauguración, el alcalde de Florida se la acercó a la viuda de Disney, le abrazó, y desde el palco en que estaban, viendo hacia el parque y la multitud de personas, le dijo: "No sabe cuánto me gustaría que Walt hubiese estado aquí para ver esto". Ella sonrió, y luego repuso: "No debiera preocuparse. El ya lo vio en su cabeza mucho antes que nosotros". Come at me, bro.

* NOTA: Hablando de sueños y planes de largo plazo, quiero usar este pie de página para hacer hincapié en que hoy se cumplen 3 meses de Pop 365. Permítanme repetir de nuevo: tres meses. Al contrario de Walt, en lo personal no me vi en mi cabeza llegando hasta aquí, pero me alegro, y me sorprende sobremanera de que así sea. Increíble, enserio. Seguimos la lucha.

lunes, 14 de enero de 2013

Pop 365 - #92: El ángel de Borges

En su poema "El Angel", escribe Jorge Luis Borges: "Que el hombre no sea indigno del Angel / cuya espada lo guarda / desde que lo engendró aquel Amor / que mueve el sol y las estrellas / hasta el Ultimo Día en que retumbe / el trueno en la trompeta . / Que no lo arrastre a rojos lupanares / ni a los palacios que erigió la soberbia / ni a las tabernas insensatas. / Que no se rebaje a la súplica / ni al oprobio del llanto / ni a la fabulosa esperanza / ni a las pequeñas magias del miedo / ni al simulacro del histrión; / el Otro lo mira. / Que recuerde que nunca estará solo. / En el público día o en la sombra / el incesante espejo lo atestigua; / que no macule su cristal una lágrima. / Señor, que al cabo de mis días en la Tierra / yo no deshonre al Angel."  Después que escribe Borges ya no se puede hacer más nada, pero hagamos una excepción por hoy. Dedicado a Natividad Espinal, a quien le gusta este argentino. Que estas letras no le sean indignas.

domingo, 13 de enero de 2013

Pop 365 - #91: Ave favorita

(91/365; 7/30b). Obvia preferencia deportiva aparte, y mayor aún considerando la región del país de la cual provengo, la elección del águila como ave favorita, en lo que a mí respecta, no podía ser de otra forma. Hay algo en torno a ellas que le da un carácter de dignidad y peso a todo lo que hacen. Tenemos siempre la percepción de las aves como entes frágiles y hasta miedosos, cuya mayor excusa ante cualquier situación es la de salir volando sin tener que toparse siquiera con más vertebrados que caminen por la tierra, en un intento de evasión. No es la mejor manera de referirse a un ser vivo, y hasta su tono burlón tiene, pero todo eso se nos cae al ver las águilas surcando por los cielos entonando su alarido característico. Guerreras, enfocadas, fuertes y con un aire badass que en un mundo perfecto sólo lo completaría si llevasen puestas gafas oscuras, el símbolo del águila representando ideales y fuerzas superiores está en la mayoría de iconografías de naciones, equipos de deporte, empresas y cualquier otra cosa del mundo que nos pase por la mente, y más merecido no pudiera ser. A lo mejor nos ha llegado a nuestro correo electrónico (dentro de los temidos -e inmediatamente eliminados- forwards) la tan sonada historia esa de cuando el pico del águila comienza por la edad a perder su filo, ésta vuela hasta alguna montaña, para arrancárselo dándose golpes contra un roca y esperar paciente que le crezca uno nuevo. Si buscáramos en Google el mayor ejemplo de tener cojones de acero, ésa es la historia que debe salir de primero, sin duda.  Admito que desconozco la cantidad de verdad que dicha anécdota tiene, pero debiera ser de gran enseñanza en la vida para todos nosotros los pendejos. Hay algunas ocasiones en las que hay que arrancarse cosas a mandarriazos para que en su lugar puedan nacer otras nuevas. Seguro el águila siendo quien es no precisamente lo disfruta, no creo entonces que el resto de nosotros tengamos mejor esperanza. Sólo armarnos de fuerza.

sábado, 12 de enero de 2013

Pop 365 - #90: De aquellos tiempos

De las páginas del cuadernito cuadriculado, aquí un dibujo estilo los ejercicios que ponían en las clases de Técnicas de Presentación, por allá en los tiempos de la universidad. De hecho, si mi memoria no me falla, creo que éste mismo, salvo algunas imprecisiones y cosas nuevas que le agrega el reproducirlo, era exactamente uno de los que nos daban. Dibujábamos casi hasta que el brazo se nos tumbaba, pero era divertido. No lo era ya tanto cuando uno caía en cuenta que encima del tablero nos esperaba un proyecto de diseño incompleto, y la corrección con el profesor era al día siguiente (lo que siempre se traducía en: "adiós el dormir mi noche completa"). Dicho caso sí que pecaba de dramático, pero como dice el dicho, ésas ya son otras quintas.

viernes, 11 de enero de 2013

Pop 365 - #89: Bebida favorita

(89/365; 6/30b). Cruzando la avenida que queda enfrente de mi casa, hay un señor que tiene un carrito de comida rápida. Mal contados, tiene más de diez años ahí. El menú que ofrece es lo típico que se encuentra en ese tipo de establecimientos móviles: hot dogs, hamburguesas, tacos, cachapas, y todo lo demás, sin decir de refrescos y los jugos que nunca pueden faltar. Entre estos últimos, el de limón que hace es particularmente excelente, y eso es una gran afirmación considerando que lo dice alguien que es amante a morir de las limonadas.  Aunque este tipo de bebida por lo general es un "hit or miss" debido a que no en todos los sitios que se encuentra sabe igual de buena, siempre sé que en los días que tengo deseo de una como Dios manda, sólo tengo que cruzar la calle. Y para que alguien se pare de su cama a las 12:30 de la noche, se cambie de ropa y atraviese a un carrito sólo a comprar un jugo (y volver de regreso igual de rápido que como llegó), ése es el real deal. Ahí es que se sabe lo que hay. Larga vida a las recetas de ese señor.

jueves, 10 de enero de 2013

Pop 365 - #88: Karim's Abbey Road

El "Abbey Road" de The Beatles es de esos discos que por más años que pasen, suenan cada vez mejor que la última vez que los escuchaste. Te sabes las canciones de arriba abajo, el orden en que van, haces air drumming y hasta anticipas el solo de guitarra cinco segundos antes que empiece, pero siempre te emociona como el primer día, y nunca falla en hacer que uno piense "Diablos, man...eso está realmente genial".  Es el album en el que cada uno de sus famosos integrantes suenan reforzados, liberados y hasta reflejados unos con otros; estaban todos al mismo nivel, por encima de las nubes, hombro con hombro, manteniendo sus limitaciones a raya. Por momentos la voz de McCartney toma matices que uno juraría que quien canta es Lennon, y viceversa. Harrison aportando temas capaces de eclipsar el resto y tocando guitarra como si su vida dependiera de ello. Ringo convirtiendo sus tambores en un instrumento tan melódico como cualquiera de cuerda. Y luego de eso están las canciones, los arreglos, los coros. Es más sorprendente aún considerando que la relación entre los cuatro en ese entonces estaba en su punto más bajo jamás, apenas coincidieron en el estudio, andaban a punto de matarse y el famoso medley que cierra el album no es más que una serie de temas incompletos que ninguno quiso tomarse el tiempo para terminar. A final de cuentas, eso no importa. A muchos años de aquí, "Abbey Road" seguirá siendo escuchado y analizado como siempre y su icónica portada, reproducida e imitada hasta el extremo del cansancio, con variados niveles de éxito. Este es mi humilde intento en el día de hoy, y no quisiera medirme qué tal queda en el ranking de todos los que una vez trataron. Mejor pongamos el disco de nuevo, bebamos cerveza y pasemos a otro tema.

miércoles, 9 de enero de 2013

Pop 365 - #87: Película favorita

(87/365; 5/30b). Ahora que llegó la primera entrega de "The Hobbit" a los cines locales, se ha puesto de moda la fiebre Tolkien de nuevo, y he notado que están pasando a veces en televisión la trilogía de "Lord of the Rings". En lo personal no soy el tipo más televisivo que exista, pero si agarro una de las cintas en algún canal un día más que otro (en las contadísimas ocasiones que me siento frente a un televisor), y tengo el tiempo, me quedo a verla. Como ya recordarán en un post anterior, mi favorita de las tres películas sigue siendo todavía la primera, "The Fellowship of the Ring", y las razones están explicadas de sobra en aquel escrito (al que pueden acceder AQUI), pero a lo que voy ahora es al hecho de que nunca deja de sorprenderme el elevado factor "rewatchable" que tiene, considerando que es una película de tres horas de duración y los mayores conflictos y peleas no se ven hasta las secuelas siguientes. Simplemente no me canso de verla, si tengo la oportunidad. Una y otra vez. Y por lo general, siempre de las escenas que espero con más expectativa es aquella donde el grupo va navegando por el río, casi al final, y se topan las dos estatuas gigantes de reyes, cada una como salida de las mismas montañas que le circundan, conocidas como los Argonath (cuya referencia gráfica para el autor fue el conocido Coloso de Rodas). Es un momento tranquilo dentro de todo el caos que sucede en la trama, y dura apenas un minuto, pero esa misma serenidad es lo que le da un carácter más épico aún.  Siempre que lo veo no puedo evitar lanzar un "ohhhhh..." mental.  Me imagino lo que sería vivir cerca de un lugar así; imponente. Si eso hubiese existido en este país, y expertos como somos en arruinar hasta la más solemne de las situaciones, seguro le ponen un peaje al pie de las estatuas, y vendedores. Pero me arrepiento de decirlo ahora; prefiero en este momento no ensuciarme la mente con eso. Rewind. Delete.

martes, 8 de enero de 2013

Pop 365 - #86: Dos palabras

Cuando se llene el vaso, todo eso que salió y ya no servía será lamentablemente echado fuera. Quedará espacio, idealmente, para aquello nuevo y fresco. Es todo un proceso, y aunque molestoso, necesario. Mientras tanto, dos palabras para ti: Fuck You.

lunes, 7 de enero de 2013

Pop 365 - #85: Un secreto sobre uno mismo


(85/365; 4/30b).  Un secreto no tiene esa definición sólo por chiste. Por algo es secreto, no se quiere que se sepa (o no se sepa mucho). Y aquellos que dicen que yo soy un poco reservado con algunas cosas a veces, tienen toda la razón. Tengo mis lapsus de honestidad brutal un día más que otro, y lo considero liberador, pero también hay ciertas cosas que se deben de conservar para uno. Sin embargo, para no pecar de antichévere ni de no jugar con las reglas de este juego, les confesaré algo que quizás muchos no sepan: no me gustan los aviones, en lo absoluto. Y miren que me encanta viajar, pero los aviones son como la parte engorrosa del proceso. Me ponen nervioso, nunca logro dormirme en los vuelos, detesto la turbulencia y más todavía cuando se me comienzan a tapar los oídos.  Nunca encuentro qué hacer durante el viaje, no me concentro si quiero leer, si me pongo a beber me duele la cabeza, y casi siempre las películas que tienen de oferta son una porquería. Para colmo, la última vez que veía uno de esos filmes durante el vuelo, tenía una escena de...muy oportuno...un accidente aéreo. La apagué de inmediato. Digamos que no es precisamente lo más sutil en un momento como ese. Prefiero tratar de beber de nuevo; ¿dónde está la azafata cuando se le necesita?

domingo, 6 de enero de 2013

Pop 365 - #84: Más del dos en uno

Esta vez, y porque segundas partes no necesariamente tienen que ser malas (sólo diferentes) quise poner en práctica de nuevo mi manía de unir dibujos. Tenía esta página por ahí de un día que viajaba en autobús a otra ciudad. El recuadro superior ya estaba terminado, al yo haber llegado temprano a la estación y mientras esperaba que llegara el bus que me correspondía. El de abajo, lo comencé una vez estaba ya instalado en mi asiento adentro, pero cuando el vehículo arrancó, el movimiento me hizo sentir mareado (nada nuevo si trato de escribir o leer en circunstancias similares) y no pude terminar más que algunas líneas preliminares. En el día de hoy, lo retomo de nuevo para terminarlo, y de paso, como es el concepto de este día, "unirlos".  Para ser sincero, me gusta como se ve. Medio revistero.

sábado, 5 de enero de 2013

Pop 365 - #83: Primer carro / bicicleta / modo de transporte

(83/365; 3/30b). Todos los días, y obviamente después de hacer la tarea, las bicicletas BMX de nuestra infancia eran para nosotros como si fuesen Harley Davidsons, y las calles del vecindario, amplias carreteras abiertas en pleno desierto. Hasta podía escuchar en mi mente la música de AC/DC mientras tratábamos de no dejarnos alcanzar por los perros que siempre nos perseguían. Ahora recordando, eran monturas bastante incómodas, en especial el sillín, y las bicicletas más "profesionales" que tuvimos después eran cientos de millas mucho (mucho) mejores que éstas primeras, pero diablos, cuánto gozábamos en ellas. Estadísticamente conté 15 las caídas que me di mientras aprendía a montar, y la variedad fue asombrosa: choques con postes de luz, con transeúntes, con contenes en los que no pude subir la goma delantera y en consecuencia me fui de boca, más choques con árboles, frenos que no funcionaron, y un surtido etcétera. Pero cuando la simbiosis entre persona y montura se completó en definitiva, fuimos terroríficamente indetenibles. Incluso ahora, cuando salgo en escapadas bicicleteras algunos fines de semana, me siento como si el tiempo nunca hubiera pasado y somos de nuevo esos niños asombrados en los que dos gomas andando cada vez más rápidas sobre el concreto y el efecto in crescendo de la brisa eran una fuente de felicitad extrema. Al menos algo no ha cambiado mucho: en mi cabeza se cuela sin darse cuenta AC/DC aún. Hay hábitos que simplemente no pasan, sólo se disfrutan con mayor intensidad.

viernes, 4 de enero de 2013

Pop 365 - #82: Dos en uno

Yo y mi manía de "unir" los dibujos. Hay ocasiones en los que simplemente no veo que dos piezas puedan coexistir pacíficas e independientes en la misma página. De alguna manera debo de integrarlas y darles un sentido de diseño. Como en este caso, por ejemplo. El dibujo en la parte superior ya estaba en la página, de una vez que acompañaba a cierta princesa a otra ciudad en diligencias y aproveché para dibujarla en el camino de regreso mientras venía dormida en el autobús. El de abajo, el reciente, es en un central telefónica mientras esperaba mi turno en servicio al cliente. Empezaba a trazar este último, y no dejaba de preguntarme en mi mente: "Vamos, ¿pueden estar separados y tranquilos, sólo por esta vez? Uno no tiene que ver con el otro".  Nada más recibía de respuesta una palabra que hacía temblar todo mi subconsciente hasta hacerlo casi crujir: "¡NO!"  Y aquí está entonces. Hay veces en que simplemente se cede a los impulsos.

jueves, 3 de enero de 2013

Pop 365 - #81: Deporte favorito.


(81/365; 2/30b). Aunque tengo mi preferencia por ciertos equipos, y de cuando en cuando, especialmente si hay finales, pregunto cómo van los resultados, debo de admitir que nunca en mi vida fui muy fanático de los deportes. Cuando niño los jugaba todos un día más que otro, y no tenía mayores inconvenientes (infante al fin); pero ponerme a verlos me resultaba francamente aburrido. Me dormía en los partidos de baseball, el fútbol me probaba la paciencia, el golf era horriblemente letárgico, volleyball era más pasable si las jugadoras eran bonitas (igual el tennis). Pero entre todos, el basketball era el más entretenido, por mucho. Al jugarse en una cancha mucho más pequeña que digamos, una de fútbol, la adrenalina nunca bajaba por la misma cercanía del aro contrario; era difícil que el partido cayera en un hoyo de aburrimiento mientras el contador siguiera marcando puntos. A mi manera era fanático de los Bulls en los gloriosos tiempos que Michael Jordan jugaba, fui al Palacio de los Deportes local cuando todavía el público se guerreaba con botellas en protesta al resultado de un juego, y a través de los años fue la única de las disciplinas deportivas que seguía practicando con regularidad, incluso hasta recientemente. La liga nuestra se ha dispersado un poco en estos últimos meses por el viaje al extranjero de uno de los jugadores clave (y el dueño de la bola, hay que reconocer), pero de verdad espero que podamos superar la pesada vagancia y retornar los domingos al viejo aro que aguantó lluvias, climas cambiantes y muchos golpes de altos camiones, viéndonos tratar de completar un partido en la calle debajo suyo. Eran buenos momentos esos, muy. Soporto que se planeen de nuevo.

miércoles, 2 de enero de 2013

Pop 365 - #80: Recogida de mochila

La historia va de la siguiente manera: iba en un vehículo, y me detuve frente a un semáforo, precisamente de éstos que duran toda una eternidad para cambiar a la luz verde de nuevo. Enfrente tengo un camión con trabajadores en la parte de atrás, y par de carros más a mi derecha. Un edificio y una valla completaban mi visión del fondo de la escena. Para matar el tiempo, me disponía a sketchar el paisaje, cuando en eso veo que desde la isleta de la izquierda viene un tipo sosteniendo una niña en sus brazos; va a cruzar la calle. La niña lleva en su mano una mochila de Mickey Mouse rosada la cual, durante el proceso de cruce, dejó caer. El tipo ni se había dado por enterado, a no ser por uno de los trabajadores del camión que sí se da cuenta, le llama a gritos, y ahí es donde el primero regresa, toma la mochila del suelo, y logra cruzar al otro extremo de la calle. Como bien dije que la luz duraba una eternidad para cambiar, no se puso verde hasta dentro de mucho rato después. Por suerte, y para mi eterno autoagradecimiento, tengo la costumbre de dibujar todo a lápiz primero. Me permitió reconstruir la escena después sin tener el desastre de líneas unas encima de otras. Lo más gracioso del hecho fue la sonrisa del trabajador mientras veía alejarse al otro hombre y la niña. Sabía que, sin ella sospecharlo siquiera, le había hecho feliz. Repitan todos después de mi: faith in humanity, restored. Amén.

martes, 1 de enero de 2013

Pop 365 - #79: Un Muppet

(79/365; 1/30b). A la hora de dibujar un Muppet, siempre hay dos caminos que uno puede tomar. O hacer los personajes clásicos, incluso "reimaginados", tales como la Rana René, Miss Piggy, Gonzo, Sam el Aguila, y cualquiera que sea de predilección propia, o (y a mi juicio la vía más divertida) el tratar de imaginarse uno mismo como un Muppet. Hay esa belleza minimalista en el diseño de esos personajes, que te hacen preguntar cuáles son tus rasgos personales más característicos que deban terminar caricaturizados en la versión final de la marioneta inspirada en ti. Para mí son éstos, aunque seguro alguien más opine lo contrario. Mientras tanto, confieso que no puedo parar de reír viéndome de esta manera. Karim The Muppet.