lunes, 30 de marzo de 2015

De parques y Homeros

"...y porque no hay nada que hacer sino llorar / y dar vueltas al Parque Independencia / que es el parque más feo de la bolita del mundo". - Homero Pumarol, "Jack Veneno ha muerto".
Con agradecimientos infinitos a Argénida y Waldo, que me introdujeron en una poesía de la que ya no hay escapatoria.

domingo, 8 de marzo de 2015

Sketch dominguero

En principio, sólo inició como un mero campo de flores para matar el tiempo y jugar con el espacio negativo. Después, lo que iba a ser una casa abandonada pasó a ser un solitario jinete faltoso tal vez de un buen set de audífonos para escuchar música por el camino. Para hoy ser domingo, no está tan mal. Creo.

jueves, 5 de marzo de 2015

#dibujoreto31: El resultado

Otro reto de textos y dibujos que llega a su fin. No tomó 31 días, como su título indicaba, pero a estas alturas del juego, es ya lo de menos.  Lo verdaderamente importante es el resultado, la experiencia del recorrido y lo que se aprende o descubre que se tenía cuando la totalidad de la lista es completada. Cada nuevo reto se vuelve más divertido que el anterior, y ése es un requisito que por su vital importancia no debe nunca dejar de cumplirse; de nada sirve hacer las cosas si las mismas no tienen el infantil impulso de volver nuestros espíritus joviales. Tengan seguros de que nos lanzaremos a más. Tomándole prestada la frase al Terminator, "I'll be back". Nos vemos en el próximo.

martes, 3 de marzo de 2015

#dibujoreto31 - #31: Tiempo

(31/31f). Creo en un único tiempo, letal y definitorio. Creador de arrugas tanto mentales como físicas que avejentan a los involucrados aún a pesar de creerse poseedores de la sabiduría innata que da lo que comúnmente llaman experiencia. Esa que nace de la inocencia fecunda y padece los violentos embistes de los episodios con los que debe lidiar, para finalizar la batalla intelectualmente victoriosa, pero en el fondo, y ella lo sabe bien, hundida. Arropada por todos los segundos que se le fueron encima, y desde donde puede juzgar en su totalidad los recuerdos que en esta ocasión le pesarán más que cuando los vivió en su momento real. Al final, el tiempo es más imperecedero que el tiempo mismo. Por cuenta propia, el arena de su reloj romperá el cristal, ahogándolo todo en su desborde. Y tal vez después vendrá otro tiempo, que hará morder el polvo a todos los que considere sus diminutos súbditos. Y después otro más, no tan diferente del que le precedió. Y así seguirá, por los siglos de los siglos, donde ya no podamos tomarnos de las manos repitiendo entre nosotros el mismo mantra que nos hacía inmunes. Léase: Amén.