Desde esa ventana, y mirando hacia adelante, se ve el río. Seguramente ya no aparecerán las mismas embarcaciones de antaño, románticamente bucaneras, aunque el olor a madera y tabaco que desprendían todavía se siente en la zona. Más allá, al otro lado del río, se levantan torres cada día más altas y en materiales que el proyectista de esta obra en comparación humilde nunca imaginó. Arriba, las nubes siguen su curso. Y yo que estoy debajo, no termino de caer con un buen nombre para la fotografía. Por favor sírvase usted mismo. Si es tan amable, claro.
viernes, 20 de agosto de 2010
(...ponga usted el título...)
Desde esa ventana, y mirando hacia adelante, se ve el río. Seguramente ya no aparecerán las mismas embarcaciones de antaño, románticamente bucaneras, aunque el olor a madera y tabaco que desprendían todavía se siente en la zona. Más allá, al otro lado del río, se levantan torres cada día más altas y en materiales que el proyectista de esta obra en comparación humilde nunca imaginó. Arriba, las nubes siguen su curso. Y yo que estoy debajo, no termino de caer con un buen nombre para la fotografía. Por favor sírvase usted mismo. Si es tan amable, claro.
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3 comentarios:
Si por mi es, póngale "Clase de Historia"
Sarah Valerio
Interesante titulo ese...
.-K
Entre el cielo y la tierra: La vanguardia.
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