lunes, 25 de agosto de 2014

In Memoriam Jorge Royan

La primera vez que Jorge Royan se refirió a mi, lo hizo sin ni siquiera saberlo. Era julio del 2012, y estábamos en la fase final de un taller del Simposio de Urban Sketchers, en Santo Domingo. Todos los participantes teníamos nuestros sketchbooks abiertos sobre el piso para una evaluación grupal, y tras acomodarse las gafas montadas en la nariz, Jorge Royan señaló mi humilde libreta en espiral, haciéndole sumisa compañía a los Moleskines de tapa negra y dura (y caros) de los demás compañeros. “Así es como vos reconocés a un amateur”, dijo para adornarme como ejemplo en la idea que expresaba, “los profesionales nunca usan espiral, porque es muy fácil arrancarles la hoja. Los profesionales llevan sus errores consigo”. Me volví a mirarlo, ofendido. “Este tipo está loco” pensaba, “yo no soy ningún amateur. Llevo muchos años dibujando para que me digan eso. Argentino arrogante…(entre otros improperios no aptos para publicación)”.  El transcurso del día, sin embargo, disipó mi momentánea ofensa y todo siguió su habitual curso.
Crédito de imagen: Fuente Externa.

En las semanas subsiguientes al término del Simposio, la tradicional caza en redes sociales de los participantes con la que se tuvo alguna relación se llevó a cabo, y entre los nuevos contactos que se abultaban en mi renovada lista de amigos cibernéticos, la cara de Jorge Royan se lucía sonriente al lado de las demás miniaturas de amigos de Facebook. Un rápido intercambio de líneas resultó en otro casi inmediatamente después, y de buenas a primeras, me veía sosteniendo con Jorge Royan interesantísimas conversaciones facebuqueras que rondaban todos los temas desde dibujo, jazz, hasta el ranking burocrático de los Caballeros Jedi. Me convertí involuntariamente en admirador de su cortazariana-sin-complicaciones forma de ver el mundo y sus estructuras (en la cual me identificaba que fuésemos colegas por el lado de la arquitectura además), su aguda inteligencia la cual mezclaba con un sentido del humor muy de salón, pero sobretodo, sus dibujos. Sus dibujos, man. El nivel de detalle, la vida que expresaban, la mano segura detrás de los mismos, su manera de manejar la perspectiva (¿dije ya que era arquitecto?). Yo admiraba la desquiciada técnica de sus trabajos, él decía admiraba mi narrativa. Me resultaba abrumador creerle, pero era genial leerle mientras lo escribía.
Crédito de imagen: Jorge Royan.

Uno de los deseos en mi “Lista de cosas de hacer antes de morir”  era el toparme con Jorge Royan en vivo, tal vez en algún Sketchcrawl, y sacarle en cara el episodio del Simposio en Santo Domingo; que era yo a quien había tildado de amateur por mi libreta en espiral (la cual tenía por haber sido un regalo, que conste), y ver qué decía. A lo mejor se reía, hacía algún comentario de esos incisivos pero brillantes, y bromearíamos sobre el episodio el resto de la velada.  Hubiese sido realmente gracioso. El punto gris de todo esto es que ya no me será posible. Su sorpresivo fallecimiento ha sumido en luto la comunidad sketcher que seguían tanto su trabajo como comentarios y a mí, en igual sorpresa, me ha hecho tachar de la lista el deseo de ajuste de cuentas.  Lo veloz de los acontecimientos también me ha producido, como a todos los que recibimos la noticia, estupor.
Crédito de imagen: Jorge Royan.

Royan será extrañado, como lo es todo aquel que hace el esfuerzo de sacar un buen trabajo en este mundo de pseudoartistas y gustos subjetivos. Para su conveniencia, digamos que está ahora en un mejor lugar que éste. Los dibujos que puede sacar resultado de su ubicación actual serían realmente increíbles, y eso es algo que a mí me gustaría ver de tener la oportunidad. Descanse en paz, aunque quienes lo conocían decían que en paz siempre estuvo, de manera que no es que haya mucha diferencia ahora tampoco. Los que deben adaptarse son los que quedan de este lado, los que llevamos nuestros errores con nosotros. Esos que sobretodo, evitan usar libretas en espiral.
Crédito de imagen: Jorge Royan.

6 comentarios:

Natividad dijo...

Wow, qué emotivo texto, hasta soy su admiradora ya. Naty

Carmen Pura dijo...

KARIM muy inspirador y muy profundo tu escrito, tu dibujo me encanta una gran obra de arte. Adelante siempre...

Karim López dijo...

Lamentablemente los dibujos no son míos esta vez..
.-K

Lauralaotra dijo...

...cierto es que es gran perdida... que alguien a quien admires deje todo esto nos deja en estado de shock... queda su visión, su "poso" dejado en vosotros..quienes cumplisteis el deseo de conocerlo antes de dejar este mundo, quienes ni siquiera lo conocieron.. sus dibujos... a este le queda mucho por "vivir"! ;)
Animo nene!

Anónimo dijo...

Hola Karim.
¡Me ha encantado tu blog!
Muy emotivo este escrito, lástima que nunca se te diera esta oportunidad de decirle lo que querías.
Espero que muchas cosas de ese listado estén ya tachadas.
Y de todo se aprende, a veces comentarios que nos duelen (como el del "Amateur", nos ayudan a crecer).
Éxitos!!

MIQ

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.