viernes, 7 de octubre de 2005

Conversación en la Catedral

Primer Acto
(Oficina semi-iluminada. Un escritorio lleno de carpetas con papeles en blanco. En un zafacón disimulado multitud de formularios de quejas y recibos arrugados y, obviamente, botados. Dos personas, a cada lado del escritorio, viéndose la cara).
EL PENDEJO: ¿Y entonces cuándo es que nos van a pagar?
EL PODEROSO: Sabes que eso quisiéramos, pero tú entiendes que la tasa fluctuante del mercado que embarga nuestras antojadizas finanzas hacen que reconsideremos el encomiable acto del proceso de préstamo para saldación de nóminas empresariales. Entonces, al ser nosotros una compañía que tiene sus miras puestas en la satisfacción profesional de nuestros asalariados a turno, producen que revisemos el proceso de la forma en que nuestros clientes se desprenden de su capital para nosotros poder darle recontinuación a los empleados que laboran bajo el emblema de esta organización.

Segundo Acto
(Afuera de la oficina, en el pasillo).
EL PENDEJO (con expresión más pendeja que antes, sabiendo que le están tomando el pelo pero sin saber bién en qué punto de todo lo que le están diciendo): ¿Y tendremos pronto uniformes y seguro médicos? Creo que nos lo están descontando ya del salario.
EL PODEROSO: Lo que pasa es que sabes que eso está dentro de los archivos de nómina para análisis cuantitativo de las entradas y salidas de nuestra empresa. Además, si mal no me equivoco, para el 48 de octiembre empezará a entrar en vigencia el nuevo código laboral de la compañía para poner en marcha sobre las ruedas del progreso asalarial la confección del vestuario ideal para representar los ideales de pulcritud que de aquí hacemos alarde. Sólo esperábamos que se completara el grupo cuatro generaciones después o cuando quince empleados más tomaran el deshonroso camino de la renuncia para emprender con la acción catalizadora de las enfermedades comunes que afectan a nuestro personal.

Tercer Acto
(Bajando las escaleras).
EL PENDEJO (pendejamente perdiendo la compostura): Discúlpeme señor, con todo el respeto, pienso que usted me está hablando basura.
EL PODEROSO (atendiendo una llamada de su súper celular porta-DVD y encendiendo su auto fantástico color sangre que lo saludó al acercarse): Para mí más basura son ustedes. Hablaremos de negocios después que vuelva de mi crucero por las islas Antárticas de las lunas de Marte junto a mi esposa, hijos, el perro de mi casa, el vecino y su gato pseudo angora, mis amigos del extranjero que ya fueron a ese sitio pero que quieren volver otra vez y yo los invito, y mis vecinos y el muchacho que les lleva el periódico a ellos al que quieren como un hijo en reemplazo del malagradecido que tuvieron que se fue de la casa y jamás volvió a llamar... Mientras tanto, váyanse a la mierda. Por varios meses han estado en ella, ¿qué diferencia tiene quedarse un poco más?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

hola karim... que tal.. cómo va?
aqui yo muy bien, ensayando mucho como siempre.
a ver si estamos mas en contacto con esto de los blogs y los flogs y tal.

a b r a z o s

Anónimo dijo...

Bueno, no hay mal que por mal no llega, si es asi habría que inventarse un nuevo sistema de ver las cosas que un empleado pierde al emplear todo su empeño cada dia de trabajo, y rindiendo tributo a su nombre EMPLEA-ADO.

Skander B>

Anónimo dijo...

La demagogia es la razon por la cual estamos como estamos. Y el pendejismo nuestro es el otro 50% del mal.
No se sabe cual de los dos es peor.

Anónimo dijo...

Conbersacion en la catedral que no tiene nada de religioso. Amen.
>-FG

Anónimo dijo...

pacheco es una mierda grande