viernes, 16 de septiembre de 2005

Nos mandaron las avispas...y picaron



Reseña de "Para ti" de Juan Luis Guerra y 440.

Aunque a muchos no les sorprendió la noticia y lo tomaron como el desenlace del curso que habían llevado los acontecimientos en su vida, yo en lo personal debo confesar que me sentí hasta un poco turbado cuando conocí la noticia de que Juan Luis Guerra se había convertido al Evangelio y que desde ese momento iba a empezar a “cantarle al Señor”. No porque me diera miedo de que el fervor religioso bajara la calidad de sus futuras producciones, sino, porque al mismo estilo Bob Dylan versión 1967, se convirtiera en profeta de parábolas de otro siglo completamente ajeno al nuestro y le diera la espalda de forma total a todo lo que había hecho y representado hasta ese entonces.

Para todos aquellos que compartían mis mismos temores: compañeros, les tengo noticias. Y buenas. El hombre no ha perdido un ápice de lo que a ritmo y arreglos se refiere (incluso, la salsa “Los Dinteles” puede fácilmente llevarse el mérito de estar entre las tres mejores salsas orquestadas en 440, y que me perdonen “Carta de amor”, y “Razones”…en cuanto a su letra mejor me quedo callado). Es sencillamente satisfactoria la forma en que integra los instrumentos y los géneros a su canto de alabanza. Aquí, tanto las guitarras como las trompetas, las percusiones y los ritmos tranquilos cantan al unísono el mismo gospel de alabanza, de forma que ni suena forzado ni dogmático, ni mucho menos despiertan en el oyente la incómoda sensación de el “qué vaina, ahí viene éste con su prédica ahora…” (hola Ramón Orlando). Lo bueno del caso es que suena honesto. Y eso es bueno.

Sin embargo, hay cosas que hay que mencionar. Cosas que lamentablemente faltan y hacen falta, y algunas que no son sino simplemente observaciones de este oyente neurótico. Total cada cual se acerca a lo mismo con diferentes perspectivas.

Me hacen falta las grandes letras poéticas llenas de metáforas que separaban a Juan Luis Guerra de la multitud de “cantautores” latinos que escupían líricas creyendo ellos que eran las mejores después del Poema 20 de Neruda (sí..claro…llévense). No es que las de “Para ti” sean malas, en absoluto, no es eso lo que se quiere decir. Sino que al parecer el mismo fervor religioso que ha arropado a Juan Luis lo ha hecho mirar hacia la Biblia y hacia la prédica de los pastores para buscar su inspiración en lugar de hacia dentro de sí mismo, y en consecuencia suena genérico y poco original en sus cantos. En ningún lado se encuentran aquí los juegos de imágenes y el humor urbano que caracterizaban las anteriores producciones, y esa forma de decir las cosas “a su modo” que a mí en lo personal tanto me encantaban. Ahora parece que lo que ha hecho es tomar versículos de la Biblia y ponerles música, como ejemplo de los Dinteles y las famosas Avispas, que se mencionan en pasajes del Antiguo Testamento, para los que creían que las imágenes de las avispas que pican al enemigo son invenciones de Juan Luis (“vaya, muy creativo eso”, le vi decir a alguien una vez). Y de nuevo, no es que sea malo, pero la alabanza pura y directa llega a cansar un poco cuando se llega a la última canción, pudiendo él muy bien recurrir a otros medios líricos para expresar lo mismo (perdón si me oí muy herético con eso). Y lo puede hacer, muestras de eso las ha dado de sobra en todos los años que tiene lanzando álbumes (y se nota más cuando se oye repetir los mismos versos una y otra vez en la canción de los dinteles…por favor). Lo más cerca que llega al viejo Juan Luis lírico llega en un fragmento de la canción “Tan sólo he venido”, donde dice “..y de paso pregunto: ¿cómo es la piel del sol?” Muy buena esa.

Extrañamente faltan las bachatas que tanto hemos disfrutado de Guerra, y ahora se nos lleva en una dirección de puro gospel, lo cual puede considerarse algo hasta genérico (siempre se asocia gospel y la alabanza, ya ni asombra). En mi opinión, más creativo hubiera sido mezclar un poco de sonidos de gospel con bachatas, si se puede liberar el reto que conlleva que ambos géneros se interpretan a ritmos y métricas diferentes (ni decir del fraseo), y acomodar uno en otro sé de por sí que puede ser bastante duro.

Para la segunda mitad del álbum, la intensidad empieza a bajar, y se nos empiezan a dar números acústicos (el mejor de ellos “Tan sólo he venido”), que de por sí no son muy memorables, con la excepción ya mencionada, y después que se termina el tercer y último merengue, el que le da el nombre al disco, como oyentes nos sentimos perdidos y poco inspirados, hasta que nos salva el épico “Aleluya”. Y oigan lo que les digo. Este tema, así como ven, puede ser destinado y ser tocado por la Mano Divina para convertirse en un hito de la música religiosa en América Latina. A huge landmark. Si intento describirlo estuviera perdiendo mi tiempo y haciendo perder el de ustedes que ya se toman la molestia de leerme. Es un tema que simplemente hay que oírlo, la forma en que está construido in crescendo y como se van incorporando las voces y los instrumentos para llevarnos en un recorrido en espiral hasta casi tocar el cielo con los oídos.

Pero, fuera de todo lo “corregible” que pueda tener el álbum, tiene algo que nunca le ha faltado a ninguna de las producciones de 440: transmite. Y aunque sea el más personal (y hasta en alguna forma “quemimportista” de parte suya) de Guerra desde “Areíto”, lo más importante es que siente haber sido hecho de forma honesta y directa, y de la misma forma en que en su momento les abrió las puertas del “mainstream” a la bachata y al perico ripiao, tal vez este sea el disco con el que los cantantes religiosos puedan llegar más allá de sus propios círculos de oración, y ser oídos en rincones más seculares. Y eso es bueno, para oír porquerías de mudos que cantan y de tipos burlándose de un avión que se cae, por poner ejemplos, se prefiere oír un “alabaré alabaré a mi Señor” de vez en cuando. Pero sólo de vez en cuando.

Puede sentirse satisfecho Juan Luis por su experimento, pues le salió bien, y se captó su mensaje. Picaron sus avispas y tan sólo vino a ser amigo nuestro…para encontrarse con la noticia de que ya lo era desde hace muchísimo tiempo. Lo único que espero en lo personal es que recuerde que aunque cayeran en la onda secular, sus antiguas composiciones y poesías tenían igual mensaje lleno de redención y de amor al prójimo que sus actuales cantos desgarradamente directos a Dios. ¿O acaso no es mejor ejemplo de lo que les digo la esperanza del "Ojalá que llueva café"? ¿O la promesa de vida de "Rompiendo fuentes” ¿O la….? Bueno…ya saben a lo que me refiero. Si sigo estaría redundando.
Y si puedan, atrápenlo en concierto. Por mucha Biblia y Aleluya que haya en su vida ahora, todavía sabe cómo hacer un buen show, tanto como para pulverizar a cualquier adversario. Amén por eso entonces. Juan Luis y 440 para rato.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Tienes 110% razon en lo que dices. Juan Luis lo puede hacer mucho mejor de ahi a nivel lirico. Parece que mucha biblia le ha dislocado el sistema creativo. Y eso es bueno y malo a la vez.
.- Ernesto.

Anónimo dijo...

oh...periodismo musical de alto nivel

Anónimo dijo...

O_o NO ME AGRADA LO Q HACE AHORA, GUAHG....:( es como los ritmops de antes con una letra diferente...ejem..por favor el puede hacerlo mejor..aunque no es q te este negando Jesus...oki?

Anónimo dijo...

No sean Blasfemos e ignorantes. primero conozcan empapense y luego hablen