(26/31f). Es difícil desde la cama darse cuenta si anochece o amanece. Para los ojos aún no completamente enfocados, los colores son los mismos. La piel no alcanza a saber si siente frío o sólo lo imagina como un soplo fantasma. El alma confundida tampoco define si lo que recuerda es un sueño compartido con la almohada o un hecho que ocurrió en las extrañas horas en que estaba realmente despierto. Mejor volvamos a dormir. Los mismos colores del cielo nos sacarán de dudas algunas horas más adelante, si es que abrimos los ojos de nuevo.
2 comentarios:
la luz, el tiempo..van de la mano libremente, nosotros somos quienes le marcamos límites metiéndolos en un reloj, en una bombilla... quienes les ponemos nombres... amanecer, atardece... error!
Groso error.
.-K
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