Seis estados, cuatro mil kilómetros, en esta ocasión no tantas caras conocidas como la vez del recorrido pasado. Lo que cuenta imagino son las cosas que se quedan en nuestros corazones que somos capaces de canalizar por la punta de nuestros lapiceros. Lo que la carretera nos da es difícil de cuantificar en unas pocas palabras o expresiones, pero que igual busca la manera de dejarse ver en cada una de las impresiones que conforman este mosaico de experiencias. Es al mismo tiempo muy clara en su mensaje, pero elusiva cuando quieres señalarle con el dedo. Quizás por eso es adictivo. Por eso a lo mejor seguimos siendo recurrentes. Uno siempre está en movimiento en busca de la próxima respuesta, o de la manera de expresarla con mayor claridad. Y esta es la razón por la que el viaje nunca termina. Hacia otros destinos, hacia aquello que nuestros ojos sólo vieron en sueños esperando respirarlo algún día. Hacia donde la suerte o la oportunidad alcance.
martes, 25 de agosto de 2020
domingo, 23 de agosto de 2020
Ristras - US2019 - #30: La hora de volver
(30/30j). Tallahassee, Florida. Un día termina, otro comienza, y yo los he vivido todos y cada uno. Tal vez sea tiempo ya de regresar. Tal vez quiera quedarme y esperar que el sol termine de ponerse. Seguiremos riendo, seguiremos llorando, viviremos y moriremos recordando un pasado mientras vivimos lo que ayer pensamos que sería el futuro. Hay más caminos que andar, pero éste termina por hoy. Es tiempo de volver. A todos los fantasmas que acompañan en la carretera, gracias. Los necesitaré de nuevo algún día. Mientras tanto, descansen. Se hace tarde. Adiós.
viernes, 21 de agosto de 2020
Ristras - US2019 - #29: La playa que niega los edificios
(29/30j). Pensacola Beach, Florida. Según estimaciones, Pensacola es sede de los edificios más altos existentes entre la frontera de Florida con Alabama, y su récord es imbatible a muchos kilómetros a la redonda todavía. Pero es justo como decía con anterioridad sobre este estado y sus contradicciones. ¿Quién se fija en edificios altos si se tiene enfrente la mejor playa que estos ojos de dominicano isleño ha visto fuera de su humilde archipiélago antillano? Excusaré la ausencia de palmas, elemento tan esperado dentro de la decoración costera para aquellos criados en el Caribe, pero la arena blanca como el azúcar, y el mismo mar que se transparenta mientras esa azúcar de piso continúa su camino hacia las profundidades, elimina todo atisbo de extrañamiento. Lamentaré no haberme zambullido. Pero definitivamente lo tengo pendiente en una próxima visita. Y sí, ese día también ignoraré los altos edificios.
miércoles, 19 de agosto de 2020
Ristras - US2019 - #28: El Estado del arriba y el abajo
(29/30j). Pensacola, Florida. Debo admitir que me resulta extraño encontrar una bienvenida terrestre a la Florida. Considerando que siempre mi punto de entrada es un aeropuerto, el cual camino con los oídos zumbándome aún, la visión de un centro de visitantes dando un saludo diferente al acostumbrado es de verdad refrescante. Más todavía porque en lugares como este es que puede de verdad apreciarse la eterna contradicción que tiene Florida para con sus atributos mercadológicos. Tierra de playas y pantanos, pero a la vez punto de exploración espacial, como si dijeran que fuera igual de interesante mirar hacia abajo al agua en nuestros pies que al cielo sobre nuestras cabezas mientras el cohete se pierde entre las nubes. Tierra de la eterna juventud, despreocupación y fiestas babilónicas, ideal para llenarse de envejecientes que año tras año convierten este lugar en su favorito para jubilación. Parte de Estados Unidos aún, donde en teoría se habla inglés como una manera de ellos mismos recordarlo, pero como bien los dominicanos dicen, "el norte de Puerto Plata", donde es más difícil encontrar angloparlantes que cocodrilos en los pantanos. Pasar esta frontera estatal se vuelve en cierto modo una manera de forzado alivio. Esta es la última vuelta de regreso. Lamentablemente.
martes, 18 de agosto de 2020
Ristras - US2019 - #27: Las cuadras que vivían ardiendo
(27/30j). Dauphin Street. Mobile. Alabama. La ciudad de Mobile, muy particularmente su centro histórico, en las quince cuadras que conforman Dauphin Street, tiene una historia muy concurrida en lo que a incendios se refiere. Dicen los cronistas que durante el Siglo XIX, cuando se escuchaba el aviso de "fuego", la alarma era emitida golpeando una rueda metálica de vagón con un martillo. Los bomberos y voluntarios siempre estaban dispuestos a correr ante el primer martillazo, porque la compañía bombera que respondiera primero era a la que se le terminaba pagando. Tan estrecha era la relación de esta ciudad con el fuego, que cada ciudadano por ley debía poseer una cubeta para incendios, y hasta tres eran requeridas en lugares como tabernas y hoteles. Me reservaré los chistes basados en punchlines alusivos a expresiones pseudoardientes. El fuego nunca pudo con el garbo de Dauphin Street. Eso es admirable.
lunes, 17 de agosto de 2020
Ristras - US2019 - #26: Las ventanas inconclusas de la catedral
(26/30j). Mobile, Alabama. En el centro histórico de Mobile, andando por la Dauphin Street, está la Catedral de la Inmaculada Concepción. Según cuenta su brochure informativo, los vitrales de la edificación fueron construidos en Alemania y finalizados en 1910, narrando en ellos la vida de la Virgen María. En 1954, un incendio destruyó el interior del templo y los vitrales debieron ser enviados de nuevo a su país de origen para reparaciones. Pero ahora, reza el texto, nuevas mejoras deben efectuarse mediante la colocación de cristales protectores para una preservación a un plazo aún mayor. El brochure termina con la gentil petición de donativos para las labores, indicando que dichos vitrales, cotizados cada uno de ellos en la no banal suma de 150 mil dólares, serán removidos, restaurados y reinstalados con el susodicho cristal protector por 75 mil dólares la unidad. Anexo al brochure viene un sobre para la ofrenda. Yo sólo sonrío, coloco de nuevo el panfleto en el taburete de madera junto al resto de sus compañeros de misión, me santiguo y salgo por donde vine sin quitar la mirada del altar de fondo. Los tiempos están difíciles para todos, iglesias y feligreses.
viernes, 14 de agosto de 2020
Ristras - US2019 - #25: Temperamento de madera
(25/30j). Mobile, Alabama. Según Karen, una agradable mujer ingeniera de profesión ya en sus cuarentas y propietaria de la Petrinovich House Inn, a.k.a "Mardi Gras House", mucho del trabajo de reconstrucción de la centenaria vivienda fue realizado por sus propias manos. Pasaba demasiadas molestias con contratistas queriendo asaltarle hasta el último centavo, con obreros destruyendo esquinas sin el menor remordimiento y con gente en general que sólo quería ganarse los dólares y salir corriendo, que decidió hacerse cargo personalmente de la cuestión. "Una casa antigua tiene su propio temperamento", dice, tras poner tres huevos en el sartén, "al final de cuentas es casi como si prefiriera que sea su mismo dueño quien le ponga las manos". Sale de la cocina para saludar otros huéspedes que han bajado a la sala. Regresa casi sin que se note su ausencia. "No sé en verdad si la casa tiene mucho de mí o yo de ella. En espacios como éste, nunca se sabe la diferencia".
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