En la ventana lateral de una puerta, sostenido entre el cristal y el hierro protector, un soldado de plomo cumple silenciosa su misión de vigilar la entrada a la casa. Nadie se da cuenta que está ahí al pasarle por el lado, pero a él en el fondo no le molesta en lo absoluto. Prefiere el anonimato a la incómoda sensación de que quieran ponerle la mano, o peor aún, moverlo de sitio. Desde su trinchera puede ver sin que lo noten el movido tránsito de la angosta calle frente a su residencia. Todos los días sin cambiar de posición, cuenta los vehículos que le cruzan por el frente, si llueve o no, y el número de veces que los niños de la cuadra corretean bajando y subiendo por la acera, mientras que con su brazo levantado, a él le gusta pensar que saluda a todos sin emitir sonido siquiera. Tal vez no sea la manera más alegre o idónea de vivir, pero para el soldado tras el vidrio, ésa es su misión, la cumple gustosa, y su semblante siempre sonriente tampoco le traiciona. Seguramente el día en que ya no esté ahí, comenzarán a echarle de menos.
6 comentarios:
Seria un miserable si no terminara aceptándose por fin. No todo nos toca, pero, eso no quiere decir que no seamos felices, quiere decir que podamos admirar la belleza de todo incluso de aquellas que no podemos tener.
Muy lindo y sobretodo un excelente mensaje...Miremos a nuestro alrededor a esas personas que estan siempre ahí,"detras de" cumpliendo su misión y que sobretodo nos aman como somos, no esperemos que se marchen para extrañarlas.
Asi es...
.-K
El soldadito de plomo, como muchos pasa desapercibido por la vida de muchos, nadie lo nota y al tiempo de no estar alguien t día se algún y preguntará: pero y donde anda? Y otro responderá: pero hace tiempo que partió! Me recuerda a alguien este pop...
:)
.-K
Apretandonos las tuercas Karim.... sí... :')
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