Pop 365 - #300: Trescientos

Hemos llegado a la penúltima de las fronteras de importancia. El número mágico de los 300 - o testosterónicamente épico, si se vio la película del mismo nombre. Se arriva cansado, con cicatrices, rasguños y, confesándolo, arrastrando largos trechos de mal humor, desgano y atraso, pero henos aquí. No quiero repetir una vez más lo mismo que he dicho en las ocasiones de este proyecto que he rebasado los números con dos ceros al lado - sí, igual no me lo creo, no pensé llegaría a tanto, wow...ohmygod... -, porque sería redundante y en este momento no hay necesidad de ello. De hecho, este instante no es para celebración. Es para simplemente callarse la boca, sacarle punta al lápiz y seguir el poco que falta, sacudiéndose el polvo del camino. Si no caigo desmayado el último día, seguro habrá mucho para descansar y celebrar después. Y si de verdad me desmayo, podemos archivar ese episodio dentro de la categoría de "descansos forzosos". Aunque, en este umbral, sí quiero tomarme los segundos para agradecer, de nuevo, a aquellos que siempre sacan el tiempo para ver, leer y comentar las humildes cosas que se ponen diario por aquí. Ellos saben bien quiénes son y saben muy bien lo que significa. No se les necesita decir más nada. Seguimos andando.