(21/31f). "...y eran tan románticos, que París fue a verlos a ellos". El cerró la imagen de Instagram y queriendo obtener un resultado parecido, se dispuso a construir su propia versión de la Torre Eiffel, en la acera frontal de la casa para que apenas tuvieran que dar cuatro pasos si quisieran verlo, por donde cruzaban los paisanos del barrio, con tubos de fibra de vidrio y restos de palos de escoba, sumados a brazos de mecedoras viejas que una vez se partieron, jamás volvieron a usarse. Al final tenía algo más parecido a Stonehenge que a Francia, y para colmo, ella rompió con él antes de estrenar la obra. Pero por lo menos el vecindario tenía ya un nuevo y curioso hito. Lo que una vez se edificó pensando en una sola persona, terminó siendo de todos.
2 comentarios:
Algo que admirar....como el sentimiento humano se transforma..para lo bueno y lo malo
Al final en algo hay que sacarle provecho.
.-K
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