viernes, 29 de marzo de 2013

Pop 365 - #166: Viernes Santo

Para cuando llega la Semana Santa, la ciudad de Santiago se asemeja a un pueblo fantasma. Con la mayoría de habitantes desplegados hacia playas o localidades en el interior, las calles de esta ciudad adquieren una inusitada y fantasmal tranquilidad que francamente no se ve todos los días. Largos momentos transcurren antes de uno ver pasar el primero de los vehículos, y casi siempre es un carro solitario que cruza velozmente dejando una nube de polvo tras sí.  Sin embargo, el relativo desierto tiene su punto contrastante cuando se llega a la Catedral. Es su total opuesto. Este Viernes Santo, decidí curiosear por la zona, para encontrarme el recinto y sus alrededores del parque como nunca lo había visto: literalmente explotando de personas. A totalidad. Adentro, cientos de almas ocupando asientos y cuanto espacio vacío hubiese disponible, incluyendo pasillos y bases de columnas. Afuera, la multitud de pie escuchando la homilía por altavoces. Para cuando estaba yo ahí, ya parecía estar terminando el sermón. Con tono enérgico, el obispo gritaba a los creyentes a irse libres; dejar en ese momento todo lo que produjera dolencias, y abrazar la libertad, el que ya no estaban en deudas con nada, el que eran personas libres. Mientras voy trazando en el cuaderno, no puedo dejar de mirar las escenas alrededor, fuera del campo de visión de lo que estoy dibujando. Veo la estúpida verja con la que han separado el parque de la Catedral, y personas recostadas sobre ellas como si estuviesen tras barrotes de una cárcel, anímicamente excluidos de la "celebración" que sucede de este lado. Veo gente robándose las flores sobre la estatua del cuerpo caído de Jesús, y uno de los curas tratando de detenerlos, afanosamente en vano. La brisa sopla sobre la explanada en la que la multitud se reúne, levantando un extraño halo de polvo que parece envolverlos. O envolvernos, porque yo también estoy cerca de ellos, aunque me parezca que los veo a mucha distancia. Aunque sí, a final de cuentas existe tal distancia: la suficiente para no parar de preguntarme, aunque lamentablemente creo me sepa la respuesta: ¿enserio? ¿De verdad somos libres?

4 comentarios:

Lauralaotra dijo...

Grande Karim!
=D

Dark Angel dijo...

Jajaja, si, serán libres del diezmo que ofrecieron en la omilía, después seguirán siendo esclavos de sus propias creencias..

Anisha Barazza dijo...

Si, esa estúpida verja...

Anisha Barazza dijo...

Si, esa estúpida verja...