Pop 365 - #7: Los zapatos que volvieron del olvido

Mis viejos tennis color crema eran comodísimos. Duraron como diez años conmigo desde que una tía me los trajo de fuera un verano, y fácilmente pudieron haber durado mucho más. Fueron buenos soldados, siempre listos, incluso aún después de formársele un hoyo en la suela derecha que hacía un poco molesto usarlos en días lluviosos o en pisos mojados (por obvias razones). Una tarde, mi abuela al verlos sucios sugirió la inocente idea de lavarlos para secarlos al sol en el balcón del frente, y nunca más los volví a ver...hasta años más tarde, donde los descubrí en el mismo sitio donde los había puesto ella a secar. Resbalaron del recipiente en que estaban subidos y quedaron entre él y la pared; y eso, sumado a la poca observación de todos al cruzar por ese espacio de la casa (un servidor incluido), hizo que nadie se diera cuenta de que estaban ahí. No pude evitar una sonrisa al verlos de nuevo. Y menos todavía cuando me los puse, aún sin ni siquiera quitarles el polvo. Cupieron como un guante. Igual que el primer día.