Pop 365 - #150: Música sobre el techo

La idea de The Beatles para el gran final de su documental sobre la grabación de "Let it be", era el hacer un concierto que celebrara el regreso del grupo a los escenarios tocando temas nuevos, luego de unos años de dedicarse a ser solamente una banda de estudio. Muchas fueron las opciones de aforos consideradas, cada una más grandilocuente que la anterior: en un estadio, sobre un barco, al pie de las pirámides, en un asilo de ancianos...Cuando se son los Beatles, al parecer el cielo es el límite en el tipo de cosas para proponer. Pero conforme el tiempo avanzaba, y la fecha de término de filmación se hacía más cerca, nadie se ponía de acuerdo sobre el sitio, y las logísticas a considerar. Incluso un día antes, todavía seguía la discutidera sobre el tema cuando alguien, hastiado, dijo: "¿Por qué no subimos todos los equipos a la azotea y hacemos el fucking concierto en el techo ya?" Ojos se abrieron y bocas cayeron sobre el suelo en exclamaciones de asombro. Tan obvio estaba. "¡Eso es! ¡Excelente idea!" Al día siguiente por la mañana, en lo que sería, sin ellos saberlo, su última presentación en vivo, tocaban sobre el techo de su compañía Apple un repertorio que duró alrededor de cuarenta minutos, bajo las miradas atónitas de decenas de personas que se agolpaban cuatro pisos más abajo en la calle, sin poder dar crédito a lo que oían. Cuando se supo que la policía venía subiendo las escaleras para mandarlos a callar (los ingleses no bromean con eso del anti-ruido), Ringo Starr pensó que ese sería el mejor final posible para la película: sacando a la banda arrastrados por los pies, apresados y con platillos de batería todos rodando por los aires. Epico. Pero la flema británica eventualmente se impuso: sólo recibieron una llamada de atención: "Hágannos el favor de suspender ese escándalo, gracias". Hablando de finales anticlimáticos.