Pop 365 - #16: Comida favorita

(16/365; 3/30). Según escuché la última vez, hay serias disputas sobre el origen de esa cosa (usualmente) redonda tan deliciosa llamada pizza. La cultura general la asocia casi sin pensarlo dos veces con la cocina italiana. No hay restaurante italiano que conozca donde no se sirva pizza; es como una misa católica donde no se diga "amén". Herético e impensable.  Sin embargo, leía por ahí que hay fuentes muy confiables que aseguran que la pizza realmente la inventaron los chinos, incluso mucho antes que Marco Polo pusiera sus pies trotamundos en esas tierras. Y, conociendo lo inquietos que son los chinos y el currículo de inventos que tienen, no es que se lo ponga mucho en duda tampoco. Sea como sea de quien haya sido el mérito, me quito el sombrero. La pizza es de esas comidas que simplemente no pueden cansarte. Desde que la ves caliente y humeante frente a ti, ansiosa de que le claven el diente hambriento, hasta en los momentos en que reposa fría sobre un horno a las 5:30 de la tarde, el factor comestible de la pizza nunca desciende su valor. Seguirá igualmente deliciosa que como el primer momento. Y nosotros no somos más que meros mortales incapaces de resistirnos a su encanto. De hecho, no creo que haya sido coincidencia que los creadores de las Tortugas Ninjas hayan puesto la pizza como la comida favorita de sus personajes. Cuando tienes a cuatro tortugas gigantes, habladoras y musculosas, con nombres de pintores renacentistas, y para colmo ninjas, cuyo maestro es un ratón parlanchín japonés igualmente gigante, viviendo en las alcantarillas del centro de Nueva York, con toda la mejor selección de comida del mundo prácticamente al doblar la esquina, y ENCIMA de eso, sigues prefiriendo la pizza, entonces sabes que humanos y animales no somos tan diferentes unos de otros. A todos nos gusta lo bueno, no importa el empaque. ¡Cowabunga!