A la espera del cambio de la luz del semáforo que les indique su autorización de arranque, ambos competidores se evalúan mutuamente. El chofer del autobús da demostraciones de poderío al pisar repetidas veces su pedal de aceleración, en cada nueva ocasión más ruidosa y extensa. El motorista se acomoda su casco, cada tres segundos mirando hacia su izquierda, y avanzando escasos milímetros nerviosamente, tratando de sacar un poco de ventaja. Todos los vehículos detrás de ellos no quieren acercárseles, mantienen su distancia anticipando el enfrentamiento; algunos incluso hacen sus apuestas. Cuando por fin la luz cambia a verde, el sonido es ensordecedor. En juego su orgullo, los competidores se lanzan a su desesperada carrera con sus respectivos transportes lanzando gritos de guerra. Mi dinero está en el motorista, sólo por su arriesgada imprudencia.
3 comentarios:
Jejejejj, esos motoristas son tremendos y especiales...:p
Jajajaja, apuesto al motorista! Aunque los chóferes de esas guaguas en especifico no se quedan muy atrás en cuanto a la imprudencia..
Fijo que eran los dos hombres.... qué gen les conduce a ello? ;-P O eso...o es Holywood con sus películas, "grease" por ejemplo? XD
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