Cuando no están sus acostumbrados visitantes haciendo escándalo a todo volumen, el cuarto de ensayo luce diferente. Aunque se le ve ya medio arrugado y con los achaques propios de la humedad excesiva, adquiere un carácter casi sagrado, como si fuese un templo de peregrinación. Seguramente me pongo un poco sobresentimental al referirme a dicho espacio, pero también tengo mi derecho. Demasiadas buenas horas he pasado aquí dentro. Tantos recuerdos que no puedo ni enumerarlos. Seguramente el día que emigremos hacia otro lugar mejor le echaremos de menos. No puede ser de otra forma.
5 comentarios:
Ah pero....no es un templo de peregrinación?? A la sala de ensayo le ocurre algo muy parecido... mágicos!
PD: La sala de ensayo, para mi, es donde entrenamos...bailamos...
Ya tu estas entendida en la materia entonces :p
.-K
Esa sala tiene sus historias, entre ellas el desmayo motivado por el exceso de calor dentro de ella (antes de ponerle el pequeño aire) de uno de los integrantes. Nunca olvido su rostro translúcido, y su languidez. La suerte que se recuperó pronto.
El punto de encuentro de PRANAM!!!
Jejejejejej :) muy buenos recuerdos
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