Pop 365 - #179: Viajando en el tiempo

Conversando con cierta persona, en una de estas extrañas charlas que sólo suceden después de medianoche entre dos almas curiosas que no pueden dormir, se tocó el tema de a dónde nos gustaría ir si tuviésemos una máquina del tiempo. Es una buena pregunta; siempre hay montones de sitios que uno quisiera visitar en ese tipo de circunstancias. Quien trajo el tema dijo, de primera respuesta, que le encantaría regresar a los días de su infancia. Dio sus filosóficas razones de por qué, pero meramente por sobre todas las cosas, sería divertido, y despreocupante. Para nuestra propia salud mental y de la conversación, acordamos que nuestra máquina fuera capaz de hacer más de un viaje (con su respectiva vuelta, claro); simplemente uno solo sería casi un desperdicio de oportunidades. Aún en este momento, le sigo dando cabeza a sitios donde quisiera estar si tuviera el chance, pero sobretodo, la segunda pregunta más importante después de esa es: ¿qué se supone que haga cuando esté ahí? ¿Caminar por ahí y ver qué tal? No se pone en duda. ¿Se conseguirá buena cerveza? Esperemos. Pero ya lo dice el dicho; no sé quién lo dice, pues creo que me lo estoy inventando ahora, pero aquí va: cuando todo lo demás falla, hay que dibujar. Quisiera viajar en el tiempo, cientos de años atrás, para llegar a los sitios a dibujar. No es precisamente lo más presuntuoso, ¿o sí?